¿Abuso
Informacional?
Cuando decimos
información estamos hablando de todos los medios que expiden noticias,
comentarios y la información propiamente dicha.
No podemos
vivir sin información, pero ¿qué tal si lo que recibimos no es la verdad? ¿Cómo
corroboramos que la información que circula no es una especulación para captar
nuestra atención y sacar el dinero de nuestros bolsillos?
Llamemos ‘abuso informacional’ a aquel en que los
que dominan, controlan y brindan la información, la manipulan. La defino como abuso por el hecho que los
usuarios, nosotros los consumidores, no tenemos control sobre lo que nos ponen
a la mano, en nuestras pantallas y periódicos. La prensa amarilla no puede tomar
el lugar de la información genuina y verdadera solo para llamar la atención y
ganar creces a costa de la necesidad informacional del mundo cotidiano.
Manipular la información para lograr resultados a favor de los que la tuercen,
es irresponsable y destrozan los derechos humanos concernientes a la
información limpia y transparente.
Cada día
tomamos decisiones basadas en la información que recibimos. Miles y millones se
equivocan, arrastrando pérdidas de por vida por la información manipulada que
reciben de los medios. Medios de los cuales no tienen forma, ni está a su
alcance saber las intimidades de la información.
La gran
mayoría de los medios esconden el rostro de la realidad que nos rodea,
volcándose e incitando al consumismo y al gasto innecesario. El engaño está
detrás de cada información manipulada, nada es tal cual lo presentan.
No deberíamos
permitir y mucho menos aceptar el abuso informacional. Este tipo de abuso
está acabando con nuestro mundo. Está desvirtuando los valores y principios que
guiarán al mundo a la permanencia armónica en causa y efecto.
¿A quién
culpar? ¿Tiene alguien la responsabilidad del auge del abuso informacional? Por
supuesto, y no son los productores de la información y los que la facilitan.
Son los propios consumidores, somos nosotros los que alimentamos el abuso
informacional al comprar y compartir la información manipulada y para nada
transparente. Somos nosotros lo que propagamos el periodismo amarillo y la vana noticia que corre por los medios.
Abramos los
ojos, tenemos el derecho de recibir y generar información de calidad. Una
información que nutra y alimente la mente para una mayor utilidad en la vida.
No nos damos cuenta que nuestros hijos, amigos y familiares, se están hundiendo en un mundo ficticio,
construido a base de mentiras e información manipulada para lograr efectos en
cada uno de ellos.
En medio de
tanta confusión y alboroto, hay muchos que hacen de todo esto un mito: mejor es no ver la realidad que tener que
enfrentarla. No ver la realidad es precisamente lo que pretenden los que
manipulan la información, pues de esta manera nos hacen esclavos, dependientes
del mundo creado por la distorsión informativa que hemos permitido y propagado.
Olvidar o ignorar la realidad, no es otra cosa que dejar de existir. No tenemos
conciencia del presente y mucho menos hacia donde nos dirigen en un futuro.
Olvidar la realidad es eliminar el propósito de nuestra vida, teniendo que
recurrir a la “comida” elaborada con efectos secundarios.
Una de las
formas de eliminar el abuso informacional, no solo es
denunciándolo, sino dejando de consumir la información manipulada y generando
la verdadera y transparente.
La pregunta
clave sería ¿por qué manipular la información? ¿Por qué brindar lo que está
estratégicamente calculado, manipulado y adulterado? La respuesta, aunque parezca
complicada, es fácil de dar. Manipulan porque no tienen otra forma de hacer
dinero y saben que en el país de los
ciegos el tuerto es rey. El fin es hacer de la informatización el más
grande de los negocios.
Abusan, porque
saben que quienes reciben y consumen la información, no tienen el control sobre
los medios que producen, propagandizan y
brindan la información. Hacen prensa amarilla, turbia, porque simplemente si deseas
la verdad tienes que pagar. Pagar algo que es un derecho internacional libre de
cargo. Démonos cuenta que el medio por
el cual fluye la información puede ser privado y con derechos particulares,
pero no así la información. La noticia, el conocimiento y la verdad, no tienen
el sello de ninguna empresa, sector o persona. Por lo que deben estar
disponibles y transparente para todo el mundo. Recordemos, es un derecho no solo
una necesidad.
¿Qué es la
manipulación? ¿Será sensato entenderla?
Confundir la
persuasión con la manipulación no sería sensato, pues la persuasión que se
emplea para cambiar malos hábitos, para educar y fijar valores no acarrea
problemas. Se persuade, se apela, se llama la atención a aquello que es digno
de seguirse, de imitar y propagar. Pero la manipulación tiene un reducido y
limitado espacio positivo, en los asuntos jurídicos, cuando se intenta atrapar
a un asesino o convicto de la justicia. Por lo demás, manipular es anti ético, pues
se produce cuando alguien o un grupo de personas intentan tomar el control del
comportamiento de alguien o de un grupo. La manipulación utiliza técnicas de
sugestión mental, tratando de eliminar el discernimiento crítico o autocrítico
de la persona, esto es, su capacidad de juzgar o de rehusar informaciones u
órdenes. De esta forma quedamos desprovistos de criterios propios y dependemos
de la información que proveen los medios manipuladores. Caemos en el amplio
rango de tácticas psicológicas
capaces de subvertir nuestro control sobre nuestro pensamiento, comportamiento, emociones o
decisiones.
Sin más
palabras y recursos elocuentes, digamos NO AL ABUSO INFORMACIONAL.
Es hora de parar
la injusticia informacional uniéndonos contra toda clase de abuso.
Hagamos de este sitio y espacio el centro mundial contra el abuso.
Este es el siglo del despertar humano contra la dominación ajena a los derechos
humanos.
El cambio está
en tus manos, di NO AL ABUSO.