El Despertar de la Liberación
¿Por qué hablar de esclavos si no estamos en una clase de historia? ¿Por qué retroceder mi mente en siglos de penuria cuando vivo en una era que ha superado a las anteriores? ¿De qué hablarás hoy que ya no haya escuchado antes? No acudamos a la inventiva, ya todo está hecho, no hay nada nuevo que hacer.
Es cierto hasta cierto punto, pero no pretendo llenar tu
mente de discursos y palabras que no tienes tiempo de oír y mucho menos de
escuchar. Solo quiero hacerte recordar, porque eso lo estamos perdiendo.
Estamos perdiendo la capacidad y la habilidad de recordar y pensar. Ya hay
muchos pensando y recordando por ti, con el pretexto de hacer más liviana la
vida que consumes. Por eso quiero escribir estas letras para ti, para que nadie
posea tu mente y no duermas el sueño eterno de la mediocridad e inactividad que
te está matando.
La esclavitud ha estado presente
en todas las épocas y civilizaciones. No se necesitaron barrotes o celdas para
hacer esclavos y privar de libertad a una persona. Pues solo con accionar el botón
del abuso y superar los sueños y expectativas de los demás, atentaron contra su
libertad, haciéndolos esclavos. Esclavos de los sueños y deseos de otros que
aspiran llegar a lugares sublimes y superiores a costa del sufrimiento y agonía
de los demás.
¿Será justo que niños, mujeres y
ancianos mueran a diario por causa de alguien que sentía el estorbo o la sombra
de la víctima? ¿Será justo que jóvenes mueran intentando alcanzar lo que les
corresponde en la vida? ¿Será justo que tus metas desaparezcan por el deseo
egoísta de un segundo o tercero?
Todo esto ocurre por causa de la
inmensa mayoría de personas que se dejan aplastar ignorando la posibilidad real
de la liberación. Cada uno de nosotros somos culpables al dejar que el río de
violencia y abuso abra nuevos cauces y senderos. No nos damos cuenta que los
que abusan económicamente, sexualmente, los que manipulan la información, los
que se pasan de la raya del cargo que
nosotros le hemos dado, son sectores identificados , una casta de
poderosos y personas con recursos
económicos, pero frente a las víctimas e inocentes, son una minoría.
No logramos visualizar que esos
que abusan lo hacen por el permiso que la gran mayoría le ha otorgado. Nadie
denuncia, nadie quiere luchar, nadie quiere despertar para apagar el fuego de
la hoguera que dejó encendida un abusador. Nos hemos encerrado en un mundo
egoísta, donde solo pensamos en nosotros mismos. Ya no nos interesa lo que está pasando con
los que caminan y respiran a nuestro alrededor. Nos hemos alejado tanto de
nuestro planeta que tal parecemos trabajadores de la NASA realizando tareas en la Estación Internacional
o en una expedición de reconocimiento de la luna.
Despierta, abre los ojos de tu
mente y haz de cada día un momento de reflexión para meditar en estas cosas.
Pregúntate qué sentido tiene no hacer
nada frente al abuso que se comete cada segundo de la vida y en el cual todos
somos víctimas.
Es momento de no dejar que el
abuso llegue al sub-consciente sin ser detectado por el consciente.
La vida es una lucha constante.
Si tú no luchas no tienes chance de sobrevivir. Lo más curioso y llamativo es
que NO necesitas armas, buques o bombas para pelear. Un corazón dispuesto, una
mente enfocada y una vida de entrega son mejores que las armas de exterminación
masiva. ¿Cómo darnos cuenta de la verdad? Frenamos a los inmigrantes en una
tierra que no fabricamos ni creamos y mucho menos tenemos el copy
right. Detenemos a inocentes
con deseos de vivir, eliminamos a personas por el color de su piel, peleamos
por cosas que no nos harán felices como el oro, la plata y…un pedazo de tierra.
No entiendo qué nos está sucediendo que estamos perdiendo el enfoque como una
cámara que va muriendo. Sí, eso es, creo que estamos muriendo y no lo sabemos.
Las cosas de verdadero valor las estamos desechando, las luchas que tienen
sentido no las peleamos y los caminos que nos conducen a la felicidad los
estamos abandonando, dejando que la hierba de los vicios, la hierba de la falta
de respeto, y la locura por alcanzar un sueño vano, se encargue de borrar las
huellas de una realidad que nos aplasta.
Estamos ante la última
oportunidad de remediar las cosas. Hoy es el día de despertar para ser libres
del abuso, la violencia y el maltrato. Hoy en nuestra mesa es puesta una página
en blanco para escribir una historia diferente. No niegues lo que sabes, de eso
no sacarás provecho. La respuesta está en tus manos, di No al ABUSO.